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LOS CONSEJOS DE NUTRINANNY®
Numerosos estudios avalan los beneficios de comer en familia, compartir al menos una comida al día inculca buenos hábitos y proporciona a nuestros hijos seguridad y protección.
El frenético ritmo de la vida actual, las numerosas actividades que realizan todos los miembros de la familia, dificulta en muchas ocasiones disponer de ese espacio de encuentro alrededor de la mesa. El hecho de comer en cualquier sitio, aprovechando un hueco en nuestro horario, en el itinerario de una actividad a otra, se ha convertido en habitual, provocando un desconocimiento de hábitos y rutinas de nuestros hijos y en ocasiones, un distanciamiento de sus preocupaciones y sus necesidades diarias.
Comer en soledad implica un menor control sobre las cantidades que ingerimos y sobre la calidad de los alimentos. En cambio, compartir la mesa, desencadena una serie de rutinas beneficiosas, fomenta buenos hábitos, ayuda a modelar patrones de alimentación, incrementa el interés por compartir la elaboración y la composición de los menús, mejora el control y el manejo de las raciones; lo que nos permite adecuarlas a la edad y necesidades de cada miembro de la familia. Poco a poco nuestros hijos, sin darse cuenta, se comportan mejor en la mesa, copian e interiorizan los buenos hábitos que les transmitimos y que les van a acompañar para siempre.
La cena es un buen momento para compartir esta comida juntos, han acabado las obligaciones diarias y tenemos muchas cosas para explicar; pero si los horarios de los diferentes miembros de la familia no lo hacen posible, podemos pactar cualquier otro momento del día, desayuno, almuerzo en familia, una merienda. Siempre estableciendo una rutina y repartiendo tareas para que toda la familia se implique de una u otra manera en la compra, en la elaboración del menú, etc.
Una comida al día, como por ejemplo la cena familiar, en un ambiente relajado, nos ofrece la oportunidad de disfrutar de un espacio en el que escuchar a nuestros hijos, de animarles, felicitarles por sus logros y ayudarles con sus dificultades, de hacerles partícipes de nuestras actividades. De esta manera se sentirán seguros y valorados, lo cual mejora el vínculo familiar y tiene un impacto directo en sus relaciones sociales y académicas.